OMBLIGUITO
Una mujer, un hombre …..y un bebé en camino.
Envuelto en amor y esperanza el bebé es esperado. Al comienzo minúsculo, dentro de la inmensidad de su mundo uterino. Es el comienzo de la humanidad que se recrea sin cesar. Ayudado por su serpiente-umbilical, se codea con los combates vitales de su corazón-camarón, de sus pulmones-medusas y de su dragón interior. Finalmente el gran momento de su nacimiento llega. Empujado, comprimido, sin aliento, su cuerpo debe “adaptarse” para vivir fuera del vientre de mamá. El bebé tiene los sentidos abiertos al máximo y expresa emociones, rasgos de carácter y de impulsos primarios. Es el largo viaje hacia la autonomía que comienza. El bebé se sumerge entonces en su propio vientre y descubre un microcosmo de la sociedad. Su cuerpo instintivamente autónomo: su cuerpo digiere, respira, circula, selecciona. Pero su dragón interior, reflejo de sus pasiones parece influenciar y trastornar el ritmo natural. Deberá domar el dragón para volver a encontrar el equilibrio interior.
Ya se para, va casi a caminar. Es el primer paso del Hombre sobre la Tierra. Es el ombligo de su mundo.
Los titeres
Para crear la historia de Ombliguito, tomamos como punto de partida, el vientre. A partir de ése gran tema surgieron muchísimas ideas de las cuales escogimos las siguientes: la espera, la creación del mundo y la mirada interior. Nosotros elegimos explorar profundamente este universo a través de tres tipos de medios: la marioneta habitada, el teatro de sombras y la marioneta de mesa.
El titere habitado
Ver en el interior del vientre de la madre y del padre...En esta parte, los actores que interpretan al padre y a la madre convierten la parte alta del cuerpo (torso y vientre), en un pequeño teatro de sombras portátil. Sus cuerpos se redimensionan e iluminan en el interior, así es como los actores pueden manipular las marionetas de sombras. Además, el vientre de la madre es elástico y esto permite recrear los movimientos internos del feto. Esos cuerpos de titeres ofrecen diversas posibilidades para representar las emociones y las sensaciones vividas por los padres.
El teatro de sombras ... en color
Entrar en el mundo intra-uterino e imaginario del bebé al nacer...Las marionetas de sombras en colores son recortadas en un plástico acrílico (plexiglas) y pintadas con pintura para vitrales ó coloreadas con la ayuda de gelatinas de iluminación. De esa manera, la sombra proyectada no es negra sino de colores y texturas variadas. Además que las proyecciones a través de los vitrales, nos permiten crear ambientes acuáticos luminosos. Las marionetas de sombras son manipuladas con la ayuda de finas varillas y de hilos que ofrecen una más grande soltura de movimientos.
La marioneta de mesa
Ilustrar la construcción de las emociones...Ésta es una forma de teatro donde predominan las pequeñas marionetas y donde los titiriteros manipulan a la vista sobre una pequeña tabla. Cada miembro del bebé, es una marioneta en sí misma y con todas las emociones que ella es capáz de demostrar: las piernas que bailan, los puños que golpean, el ombligo que grita “Yo!Yo!Yo” Finalmente el bebé está completamente armado y listo a vivir fuera del vientre maternal.
Poner en acción el cuerpo humano, esa fascinante máquina...
A partir de la idea de una máquina de bolas, construimos un inmenso cuerpo interior donde los titiriteros pueden actuar los combates interiores del cuerpo humano. Ellos alternan entre la manipulación de objetos y de pequeños titeres a fin de personificar los ruidos, las pulsiones y los combates interiores.
Idea original : Jean Cummings y Hélène Ducharme
Escenario por : Hélène Ducharme
Puesta en escena : Sylvain Massé
Escenografía y marionetas : Jean Cummings
Música original : Michel Montreuil
Iluminación : Michel St-Amand
Vestuario : Isabelle Chrétien
Realización de las marionetas : Jean Cummings, Sylvain Racine y Claude Rodrigue
Realización de la escenografía : ACME services scéniques
Titiriteros: Paola Huitron y Carl Veilleux